miércoles, 31 de octubre de 2012

El poder de la palabra

Las obras de literatura estimulante, o de autoayuda, tienen por objeto crear en sus lectores un deseo de mejorar sus capacidades, necesarias para alcanzar las metas que se han propuesto, o bien, para contribuir a la definición de tales metas.

Los distintos autores de ese tipo de literatura tienen su propio estilo y utilizan diversos recursos para producir en sus lectores el efecto que pretenden. Uno de los mas conocidos y de mayor éxito es, sin duda, el italo-americano Og Mandino. Su obra "El vendedor mas grande del mundo" fué un best seller mundial. Pero Mandino destaca, sobre todo, por su estilo muy especial, de gran belleza, que conmueve y seduce.

Como muestra, se transcriben varias de sus reflexiones:

--Me olvidaré del dia de ayer, con todas sus pruebas y tribulaciones. El pasado es ya un sueño del que no puedo borrar ni recuperar nada.

--No me preocuparé del futuro. Todo puede ocurrir o no ocurrir.

--Hoy es todo lo que tengo, mi tesoro. Sus horas se deslizan apresuradas y no pueden almacenarse para usarlas mas tarde. Hoy es hoy; no lo enturbies lamentando el pasado ni temiendo el futuro.

--Cuanto mas ocupado esté, menos sufriré y mas conforme estaré con mi posición.

--No huiré de ningún peligro pues las adversidades templarán mi espíritu.

--No deperdiciaré un segundo con sentimientos de cólera, odio, celos o egoismo.

--Trararé de lograr las metas que me he trazado, pero serán fáciles de alcanzar, no esa variedad tan vaga
e imposible que declaran los que siempre fracasan.
.
--Jamás ocultaré mis talentos. Si callo seré olvidado; si no avanzo, retrocedo; si dejo de crecer, menguo.

--Conservaré mi sonrisa en mi rostro y en mi corazón. El mundo es un espejo que devuelve el reflejo de mi propia alma.

--La vida no consiste en regodearse en el pasado o atisbar ansioso el futuro. Consiste en vivir hoy, ahora.

--Este dia es una vida separada.

lunes, 22 de octubre de 2012

El agrado

Las personas que mantienen una actitud permanente de agrado, generan a su alrededor un clima confortable y relajado, que facilita las relaciones personales. Una sincera disposición a agradar, sin servilismos y desde posiciones de fortaleza, tendrá como consecuencia que nuestros deseos y propuestas encuentren siempre la mejor acogida.

El agrado es una actitud que tiene una componente de manifestación externa muy acusada. Los gestos, ademanes y miradas, así como las palabras, son vehículos mediante los cuales se puede mostrar el aprecio, el interés y la buena disposición hacia los demás. No obstante, tales manifestaciones serán inefectivas e incluso contraproducentes si no están sustentadas por sentimientos sinceros. El verdadero agrado va mucho mas lejos que la mera cortesía formal y la buena educación. Estas, por lo general, se limitan a garantizar un trato correcto y a evitar acciones u omisiones que puedan molestar. Incluso, en ocasiones, la buena educación puede ir acompañada de una absoluta frialdad o de la mas exquisita indiferencia. El agrado es otra cosa. La persona que lo posée se muestra siempre atenta, considerada, cordial y generosa con quienes se relaciona. Estará pendiente de sus deseos e inquietudes, tratando de complacerles y ayudarles. Sabrá escucharles con atención y con paciencia.

La actitud de agrado revela un estado de ánimo benevolente que se manifiesta por gestos amistosos, sonrisas y palabras amables. A veces supone renuncia o cesión de algo en favor de otros. Si se comete una acción involuntaria que pueda molestar o dañar a alguien, mejor que intentar justificarse o dar excusas, será ofrecer disculpas. Un ¡cuanto lo siento¡ a tiempo dearma cualquier animosidad.        


Uno de los sentimientos más acusados en el ser humano es el deseo de verse estimado y querido por los demás. Hasta tal punto es así, que los psicólogos atribuyen a las frustraciones de este sentimiento muchas de las desviaciones de coducta que experimentan algunos individuos. De ahí se desprende que la expresión mas patente del agrado será mostrar un interés sincero por las personas con las que nos relacionamos, haciendolas objeto de la mayor consideración y afabilidad. Nada hay peor que la indiferencia. Preguntaron a una dama que era lo primero que miraba en un hombre. "Si se ha fijado en mí", respondió.

Dos precisiones finales sobre el agrado. La primera es que ha de ser norma general con todo el mundo. No vale ser agradables para los que interesan y desagradables o indiferentes para otros. La segunda es que el agrado debe manifestarse siempre y no solo en ocasiones. Las personas desiguales resultan sumamente desagradables.

viernes, 12 de octubre de 2012

Convivir

La vida es algo que nadie se ha buscado. Estamos vivos y eso ha ocurrido sin intervención de nuestra voluntad.Por el hecho de vivir tenemos una serie de necesidades que hemos de atender, lo cual condiciona nuestras actividades. Pero como no somos los únicos que vivimos en nuestro entorno, tales actividades deberán adecuarse a la presencia de los otros. Tendremos que vivir juntos, o sea, convivir. La razón nos dice que la convivencia debe ser pacífica. Sin embargo, muchas veces surgen conflictos y eso ocurre cuando entran en juego las "pasiones" ( tomando para esa palabra la acepción "perturbación o efecto desordenado del ánimo").

Así pues, los seres humanos, que no hemos pedido estar vivos, tenemos que convivir, con nuestra familia, con los amigos, con las personas de nuestro ámbito social y laboral, con nuestros conciudadanos y, en general, con todos los que, de un modo u otro, se relacionan con nosotros. E, igualmente, los pueblos y las naciones tienen que mantener relaciones de convivencia. En cualquiera de esos niveles, la convivencia será pacífica o conflictiva según las circunstancias. Por desgracia, la conflictiva es muy frecuente y esto ha sido así desde los orígenes del género humano hasta los tiempos actuales, que se suponen mas civilizados.

A lo largo de la Historia, las ciencias han ido avanzando de un modo extraordinario, lo que ha permitido que se hayan alcanzado los actuales niveles de civilización y bienestar material, aunque no en todos los ámbitos. Sin embargo, la convivencia no ha experimentado mejoras sustanciales. Solo tímidos avances, impulsados por teorias o movimientos de origen religioso, filosófico o político. Pero tambien, en ocasiones, se han producido retrocesos clamorosos que están en la mente de todos. Algo extraño ocurre con el género humano. Parece como si una tara misteriosa le impidiese aprovechar, en benefício de la convivencia, los enormes progresos del conocimiento.

Se han hecho innumerables intentos para encontrar fórmulas que produjesen mejoras en la convivencia. Ninguna ha cuajado plenamente, pese a las buenas intenciones y sólidos argumentos de sus promotores. Un clérigo americano, Frank Buchanan, fundó un movimiento, al que llamó Rearme Moral, basado en ideales de honestidad, pureza, desinterés y amor. Pretendía  crear un clima de concordia universal que propiciase acuerdos de desarme entre las grandes potencias. El movimiento fué fundado en 1938, es decir, un año antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, la mas cruel y sangrienta de la Historia.

Así pues, parece que no es posible salir de este círculo maldito que nos impide aproximarnos a un mundo en el que reine la armonía. Los conflictos nunca dejarán de existir, ni en el símple ámbito familiar, ni en otros mas amplios, incluidas las relaciones entre paise o estados. No se puede evitar esta reflexión profundamente pesimsta y, sin embargo, tampoco podemos resignarnos a permanecer, impotentes, con los brazos cruzados. Algo habrá que hacer, como se dice en estos casos. Será preciso seguir explorando caminos e ideas por si, casualmente, apareciese alguna luz de esperanza.

¿Sería posible abordar el estudio de la convivencia y sus fallos con el mismo rigor y altura que los dedicados a la salud y la enfermedad?.Desde los comienzos de la Historia han habido personas dedicadas al estudio del cuerpo humano (Anatomía), del funcionamiento de sus distintos órganos (Fisiología), de los fallos que en ocasiones se producen (Patología), de los medios para remediarlos (Terapéutica), etc.. Los resultaos de tales estudios se ven reflejados en los enormes avances que la Medicina ha experimentado hasta el dia de hoy. ¿Por qué no podrian investigarse, de un modo similar, los fundamentos de la convivencia y las causas de su deterioro, dando lugar a una disciplina o conjunto de disciplinas con tales objetivos?.

Supongamos que lo anterior fuera posible y que tal disciplina o conjunto se denominase Quistología (en el diccionariode la RAE, quistarse significa "hacerse querer" y "llevarse bien con los demás"). Se establecería así un marco de arranque para propiciar estudios sistemáticos de los factores que favorecen la convivencia pacífica. Se podria crear una base científica con el fin de impulsar y difundir ideas, modas y enseñanzas aplicables a los distintos planos de la convivencia (familiar, social y político).. Este es, sin duda, un plateamiento utópico, pero no por ello debe desecharse pues cualquier utopía es como un espejo ideal que refleja solo los aspectos positivos de una situación y oculta los negativos.

martes, 9 de octubre de 2012

Entereza

                                                                    

Causan admiración las personas que reaccionan con serenidad ante las adversidades. Es, sin duda, la mejor reacción pues permite afrontar los hechos con todas las facultades a pleno rendimiento, sin que se vean afectadas por temores, nerviosismos o indecisiones. La entereza del caracter se manifiesta proporcionando la disposición necesaria para afrontar los problemas con energía y libertad, sin dejarse influenciar por presiones interesadas. Si algo sale mal, las personas con caracter evitan quejarse, justificarse, juzgar u opinar. Simplemente, actúan.

Contaba Camilo José Cela que, cuando salió para la guerra, a sus veinte años, su abuela inglesa le dijo lo siguiente, mas o menos: "Si te dan, te dieron, ¡mala suerte¡; pero tu, hijo, pase lo que pase, no descompongas jamás la figura. Un hombre bien educado debe mostrar siempre que lo es. Si tienes miedo, aguantalo de pie; los hombres pueden tener miedo, pero su deber es sujetarlo de las riendas, como a un caballo".