sábado, 20 de abril de 2013

La mediación

Cuando se origina una confrontación, siempre será muy útil la existencia de alguien más o menos próximo a las partes, que intente imponer cordura y atemperar los motivos de la disputa. Ese alguien podrá actuar espontáneamente, o bien, a petición o con consentimiento de ambas partes, en cuyo caso asumirá la condición de árbitro o mediador. Para el desempeño de su ´función, el mediador deberá seguir unas pautas muy estrictas de forma que, al final, su dictamen pueda ser aceptado por ambas partes. Dichas pautas podrian resumirse en los siguientes puntos:

1.- Absoluta imparcialidad.

2.- Rechazar cualquier tipo de presión procedente de fuera de las partes.

3.- Atender todas las razones alegadas por las partes.

4.- Establecer claramente el objeto de la polémica. Delimitar claramente los puntos de la polémica. Rechazar la entrada en discusión de temas ajenos a la polémica.

5.- Neutralizar la carga de pasión de la polémica. Llevar la discusión a terminos de raciocínio cartesiano.

6.- Utilizar la compensación. Cedo aquí para ganar allá.

7.- Definir claramente las dos posiciones enfrentadas. Establecer las listas de exigencias, peticiones, aspiraciones y posibles concesiones de ambas partes.

8.- Basar el juício en la Justícia con prioridad a la Ley.

9.- Hacer que cada parte se suponga en el lugar de la contraria.

10.-Hacer ver los perjuicios de la polémica y las ventajas de la avenencia, no solo para las partes, sino también para su entorno.

11.-Utilizar grandes dosis de paciencia, sentido común, razonamientos cartesianos y afecto indiscriminado hacia las dos partes.

12.-Luchar por todos los medios para evitar que llegue a alcanzarse el punto de encono irreversible.

domingo, 14 de abril de 2013

Convivir (V)

Ambito de aplicación.

Es evidente que la convivencia pacífica generalizada en este mundo es una utopía. Existen obstáculos insalvables que la imposibilitan y aunque fueramos capaces de identificar, uno por uno, en los distintos planos de la convivencia, la totalidad de dichos obstáculos, llegaríamos a la misma conclusión de imposibilidad. Sin embargo, ya se dijo, es necesario dejar la puerta abierta por si, en el futuro, apareciese alguna luz que alumbre nuevos intentos. Hay que estimular a mentes preclaras, en los distintos campos del conocimiento, para que se animen a aportar ideas que, debidamente aglutinadas, contribuyan al establecimiento de una plataforma científica para el estudio y promoción de la convivencia pacífica en todos sus planos. Esta plataforma podría llamarse Quistologia, o cualquier otro nombre que se estime acertado.

Antes de continuar con cualquier consideración relativa a la convivencia, es necesario identificar a los implicados. Convivir es vivir con otros. Pero ¿quienes son los unos y los otros?. ¿Se trata sólo de personas o se incluyen también los grupos y colectividades?. Indudablemente, la convivencia hay que considerarla en todos los tipos de relaciones, si bien con distintas particularidades y matices. Por eso conviene tener una visión panorámica de todo el ámbito de aplicación y de todas las modalidades de convivencia. El verbo convivir tiene un caracter de reciprocidad entre sujetos (si A convive con B, también B convive con A), los cuales mantienen entre sí una relación más o menos estrecha

El panorama general de los distintos tipos de relaciones podría ser el siguiente:

Familiar: Entre cónyuges, entre padres e hijos, entre hermanos y entre parientes de distintos grados.

De amistad: Entre amigos y conocidos.

Laboral:  Con los superiores, con los inferiores, con los compañeros de trabajo.

Social: Entre vecinos y conciudadanos, con personas de diferentes étnias, religiones, partidos políticos, nacionalidades, etc..

Económico: Con clientes, con proveedores, con la competencia, entre empresas, con los bancos, con Hacienda, con los sindicatos, etc.

Político: Con las distintas autoridades, entre organismos públicos, entre estados y paises diferentes, con organismos internacionales, etc..

Pueden existir otros tipos de relaciones, pero los reseñados seguramente bastan para entrever todas las variedades de convivencia en los tres planos de personas con personas, personas con grupos y grupos con grupos.