jueves, 29 de noviembre de 2012

Entusiasmo

Solo se alcanza una meta si se tiene la plena convicción de poder alcanzarla. Este sentimiento se traduce en actitudes positivas de ilusión, optimismo y confianza en las propias fuerzas o, lo que es lo mismo, de entusiasmo. Cuando existe un propósito firme, es necesario mantener la mente fija en él las veinticuatro horas del dia y dedicarle todas las fuerzas y capacidades que se posean, con toda firmeza y calor. Siempre hay que dar lo mejor de uno mismo, comprometiéndose a fondo, sin reservas ni ambiguedades.

La fé mueve montañas. Cuando alguien está absolutamente convencido de que va a alcanzar un objetivo, tiene muchas probabilidades de lograrlo; su moral está muy alta y su confianza en el triunfo se transmite a los demás. Este mecanismo lo utilizan los entrenadores deportivos para alentar a sus pupilos; tan  importantes como los ejercícios físicos son las sesiones de mentalización y preparación anímica para levantarles la moral y convencerles de que pueden ganar. 

El entusiasmo es necesario en todas las actividades que uno emprenda. No puede esperarse vencer los obstáculos que se presenten con actitudes de tibieza, desgana o pesimismo, ni tampoco manteniendo posiciones ambíguas. El propósito ha de ser meridianamente claro y la entrega, total. Hay que saltar a la arena y no limitarse a ver la corrida desde la barrera. Los peores enemigos son el desaliento, la pereza (como siempre) y el temor a comprometerse.

Existen frases ingeniosas que expresan con nitidez determinadas ideas o conceptos y que, por su originalidad, sirven para fijarlos mejor en la mente. Si hubiera que elegir una para apoyar la actitud que nos ocupa, sin duda sería ésta: "Tanto si crees que puedes hacer una cosa como si no, tienes razón" (Anthony Robbins).

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