jueves, 22 de noviembre de 2012

La fuerza de voluntad

La fuerza de voluntad es el atributo mas valioso que puede tener una persona, pues le permite transformar sus intenciones en hechos reales. Hace al ser humano dueño de su destino y director de su própia biografía. También le otorga la resolución que necesita para acometer una tarea sin importarle las dificultades que entrañe. Supone un querer y no un mero apetecer o desear.

Debe insistirse en ese matiz, aunque parezca evidente. Todo el mundo alimenta ilusiones en su vida y desea alcanzar determinadas metas, las cuales pueden requerir tareas laboriosas o la superación de obstáculos considerables. Una voluntad robusta transformará tales deseos en propósitos firmes que pondrán en marcha el proceso de su realización. En cambio, una voluntad débil impedirá encontrar el momento y el valor para pasar a la acción. Quien la padece suele ser propenso a exagerar las posibles dificultades de la tarea, por lo que estará siempre dando largas a todo lo que signifique poner manos a la obra. Recordemos la frase cervantina: "El camino del débil está empedrado con decisiones incumplidas"

Con fuerza de voluntad nos será posible cultivar el cuerpo y el espíritu, desarrollar la memoria y la imaginación, ampliar nuestra cultura y conocimientos especializados, perfeccionar nuestra mente y adquirir habilidades. En suma, prepararnos para poner en práctica el proyecto de vida que nos hayamos trazado, evitando que permanezca en una nebulosa de sueños quiméricos.

La  fuerza de voluntad se encuentra sustentada en una musculatura incorporea, susceptible de ser desrrollada y robustecida mediante ejercícios, del mismo modo que los músculos verdaderos se desarrollan y robustecen practicando la gimnásia y el deporte. La gimnásia de la voluntad consiste en vencer la inclinación natural del ser humano a elegir la solución mas fácil, cómoda o placentera cuando se presentan varias alternativas. Tal solución puede consistir en hacer algo agradable, o bien, en dejar de hacer algo desagradable. Por consiguiente, los ejercicios de voluntad serán, en unos casos de abstención, como, por ejemplo, privarse de un manjar apetitoso y, en otros, de acción, por ejemplo, madrugar cuando no es obligatorio.

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